Mago La Ascensión

Joyride

Relato para Mago La Ascensión
martes, 13 mayo 2014 00:00

"¿Muerte? Zhavon, te voy a decir que es la muerte para mí: es igual que cuando estas solo en una parada de autobús sin nadie a tu alrededor en medio de un gran desierto, esperando con solo tu soledad como compañera a un autobús que sabes que no va a venir, pero aun así solo puedes seguir esperando ese puto autobús. Eso es la muerte para mí..."

— Evan McMullan "Joyride"

Bien, Allen "Viejo Zorro". Tal y como me pides, haré este ejercicio de escritura y redacción como si estuviera en el colegio. Tú eres el maestro y yo el aprendiz y si dices que será bueno para mí escribir esta especie de Resumen de mi vida, pues lo haré. Prepara el pañuelo, tío que esto te va a parecer de teleserie de Estrenos TV.

Veamos, Yo (ósea Evan McMullan alias "Joyride") nací hace 23 años en Boston, mi madre (Shannon) era (o es, la verdad es que no me importa mucho) camarera y de mi padre solo sé su nombre: Justin (estúpido nombre) y que es el gran hijo de puta que nos abandono a los dos. ¡Así pille Justin el cáncer más doloroso e incurable que exista!. Dados los escasos ingresos que llegaban a casa y que mi madre ganaba lo justo para mantenernos a los dos y también a mi hermana pequeña Marion (a David, su padre, si que le conocí mas, aunque era un imbécil. Su muerte ridícula pillado por un camión de helados quizás fuera predestinada. Bueno, La mierda sucede!), mi infancia no fue muy placentera y aprendí que si no me podían dar las cosas que me apetecía, lo mejor era obtenerlas sin importar el modo. Así que pasaba menos tiempo en la escuela y mas en la calle donde hice algunos amigos en raterillos y pequeños camellos de poca monta (Allen, ya te dije que hasta que llegaste tu el único maestro que he tenido ha sido la calle. Y claro lo de levantar un coche no me lo podia enseñar alguien tan preocupado por las formas como lo eres tu). Por esas amistades y por mi creciente absentismo escolar, las discusiones en casa eran frecuentes…tampoco ayudaba mucho el comportamiento rebelde de mi hermana (mi madre decía que yo era mala influencia para ella. ¿te lo crees, Allen?); como digo eran frecuentes las discusiones tipo Shannon contra Marion, Shannon contra Evan y Marion contra Evan. Aumentando la diversión con los dos contra uno: Shannon y Marion contra Evan, Shannon y Evan contra Marion, Marion y Evan contra Shannon.. ¿captas? Si sigo en esa casa, acabo pegándolos a todos ellos un tiro y luego tirándome en el balcón siendo protagonista del telediario de las tres, con multitud de marujas patrióticas clamando cielo por esta locura y poniendo a parir a los padres.

Y eso no va conmigo, tío. Así que cuando unos amiguetes me pidieron ir con ellos en una furgoneta hasta Nueva York, no me costo montar en la furgoneta a mis 16 años en lo que se dice: Adiós, Boston! Hola Nueva York!.

Joder, ¡que días pase allí! Estuvieron muy pero que muy bien, en completa libertad haciendo lo que queríamos sin nadie que nos mandara ni gritara. Sobrevivíamos gracias a pequeños robos y haciendo de correos de droga para algunos narcos (¡Ey! Allen, ¡mi primer colocón!, ¿ves como me iba a poner nostálgico?)... toda esta libertad si vio cortada cuando nos pillo la policía. Separo al grupo de amiguetes y a mi me encerraron en un reformatorio durante tres años. Allí vi tanto asco, desesperación y gente destruida en cuerpo y espíritu que algo cambio en mi. Vi que como no me andará con cuidado, pronto acabaría o como uno de esos fracasados o con un tiro en el estomago desangrándome en algún callejón porque algún colgado de crack tenga suerte con la puta pistola y me haga otro ombligo.

Cuando salí del "Colegio George Washington para la Reeducación de Jóvenes Americanos" (si Allen, el nombre apesta tanto como la comida que nos daban) con 19 años empece a buscar trabajillos para sobrevivir pero es difícil sin estudios y con antecedentes de chico conflictivo. Como sabes, soy un culo inquieto y cuando se me presento la ocasión viaje a Atlanta con la ropa puesta y pocas pertenencias mas (un carnet de conducir falso para poder entrar en algunos locales y poco más).

En Atlanta trabaje haciendo encuestas, como repartidor o camarero. Junto con otros colegas encontramos un pisillo donde vivir a un precio barato. ¡Y a disfrutar de la vida! Si en Nueva York éramos Al Capone y su banda, en Atlanta estabamos de Revival: Woodstock! Jim Morrison! Drogas, Sexo, Vida en comuna, Música, Borracheras! Vaya juergas que me corría!. Es en esa época cuando empece a jugar con las drogas de diseño y otros pecadillos (Allen: dime un numero y te describo esa postura del kamasutra). Mi vida consistía en trabajar como un burro durante la semana para ganar un dinero que fundía al llegar a la fiesta de fin de semana, para beber, ligar y bailar como un descosido (Bailar. En eso soy condenamente bueno. Bubba T. decía que eran un negro aunque tuviera la tez blanca porque solo un negro puede moverse así).

En una palabra me dedicaba a VIVIR. Vivir cada momento como si fuera el ultimo! Vivir al limite! Vivir, joder,. Vivir. El desbarre me parecía la única salida a tanta mierda de vida y el resto de la semana no importaba para mi, no existía salvo como mal necesario para llegar al viernes y seguir hasta el domingo sin parar.

Entonces desperté... (Allen, se que es una frase típica pero por mis muertos que es la verdad. Hasta entonces era como uno de esos burros que llevan tapados los ojos para que no vean mas allá del camino por el que le dirige su dueño).

Lo recuerdo perfectamente, 15 de Julio de 1995, la discoteca Zero-Dome de Atlanta. Chemical Brothers de fondo. Stinky me dijo media hora antes: "Azul o Roja, pero no te tomes las dos juntas, Kimo Sabe, o no veras mas amaneceres. Azul o Roja". Yo pasaba de todo, mi ultimo ligue de fin de semana me había dejado por un dependiente de una tienda pija de moda y el cabrón del encargado del restaurante Mr. Burgy me había vuelto a quitar un día libre para quedarme a hacer caja. Yo quería pasar de todo estos malos rollos y volar alto, vamos que quería d-i-s-f-r-u-t-a-r. Así pues fue Azul y Roja (aquí paz y después gloria).

Baile, y baile, y baile con la música machacando en mi cabeza. La pulsaciones eran cada vez mas rápidas, el corazón a punto de estallar y allí en medio de la pista: Evan dando el show. Dicen que la gente me hacia corro y daba palmas acompañando el ritmo de la música y jaleando mis movimientos. Joder, creo que esperaban que me diera un infarto o algo así (no habría sido el primero en caer en la pista central del Zero Dome, Allen).

La cosa es que no me importaba ni una mierda, porque ellos no existían para mi en ese momento. Yo me sentía como si estuviera en uno de esos cacharros giroscopios de esos como los que aparecían en la película del Cortador de Césped. No sabia donde tenia la cabeza ni donde tenia el culo. Todo era en uno, actuaba y me movía inconscientemente …con el aumento de ritmo de la música aumentaba mi danza furiosa hasta llegar a un punto en que no escuchaba ni la música pero la seguía bailando (¿has bailado el silencio , Allen?). Por lo que me contaron después, mientras yo giraba y giraba, comenzaron a explotar bombillas y las pepsis empezaron a burbujear y a abrirse sin parar, los CDs de los equipos de música comenzaron a girar al revés realizando mezclas imposibles.

Mientras en mi cabeza, se sucedían millones y millones de fragmentos de imágenes. Pasaban rápidamente por mi cabeza sin darme tiempo a fijar mi atención en alguna de ellas. Creo que algunas de las escenas que se planteaban ante mi eran sucesos pasados en mi vida pero también había imágenes de gente que no había visto en mi vida, lugares que no había visitado…creo que hasta alguna imagen podía ser de mi futuro (Vaaale, Allen. Se lo que piensas sobre el futuro... que no existe, pero no tengo espacio para discutirlo de nuevo). Seria una fracción de segundo, pero me vi cien veces mas putos fotogramas de mi vida y la de otros tipos que en todos los festivales de cine del mundo juntos.

De repente, todo quedo en silencio... tras ello escuche los murmullos de la gente y los grititos de mujeres histéricas asusta-das por los chispazos que salían de los altavoces. Abrí los ojos y busque con la mirada a mis colegas para marchar de allí pitando antes de que los dueños de la disco me acusaran de todo este destrozo.

Entonces los vi junto a la barra impasibles ante el caos de la disco. Destacaban mas que una hormiga albina en un hormiguero de hormigas negras (quiero decir ¿qué entienden estos tipos por ir de incógnito?). Traje negro, corbata negra, camisa blanca, gafas de sol negras puestas dentro de una disco y cara de pocos amigos. Pensé que eran policías de paisano que pensaban que era un colgado que pasaba drogas que podría llevarles hasta camellos mas importantes y pensé también que me llevarían a la Comisaria a darme de palos hasta que les soplara el distribuidor. De repente mi corazón volvió a dar un vuelco cuando una mano se puso sobre mi hombro haciéndome girar. Se trataba de una chica de raza negra, de edad aproximadamente la mía, con el pelo rizado muy cortito y vestida con chupa de cuero negro y pantalones muy ceñidos. No es-taba mal la muchacha (lo sigue estando, viejo zorro pero no se lo digas). Con una voz con marcado acento exótico me dijo: "Vamos, ¿no esperaras hasta que ELLOS te cojan?" Y comenzó a andar hacia la salida de emergencia tirando de mi brazo y con el todo mi aturdido cuerpo. Nos mezclábamos entre la gente que bailaba a oscuras ahora que habían arreglado la música (¡que no pare la fiesta, Allen!) y con el rabillo del ojo vi como los dos polis venían hacia nosotros chocando con el resto de bailarines drogados de la ZeroDome mientras se disculpaban con frases tan largas y amables como "Perdón", "Disculpe", "Con permiso". Llegamos a la puerta de emergencia y cuando iba a decirle a la negrita que esa puerta llevaba casi un año atascada y cerrada, cual es mi sorpresa al ver que la mujer baja el pasador y la puerta se abre sin ningún problema ¡que suerte! Corrimos por un par de calles hasta llegar a su coche: Un Pontiac. La negrita tiene estilo (y de eso tu sabes, viejo zorro). Conduciendo a gran velocidad por las callejuelas y girando para comprobar que no nos seguían, la ne-grita me llevaba en el pontiac a gran velocidad sin ni siquiera encender el radiocassette. Me extendió la mano para saludar: "Zhavon" me dijo con ese extraño acento suyo. Yo, algo aturdido porque estaba ya con el bajón de las pastillas Azul y Roja, la estreche la mano: Evan, gracias….creo.

No volvimos a intercambiar palabra alguna hasta que llegamos a una casa en los barrios caros de Atlanta. La casa era de dos plantas con amplio jardín y toques victorianos en la fachada (al menos eso es lo que tu me dijiste, Allen. La arquitectura no es lo mío). Nuevamente: ESTILO. Pense que esta era mi noche de suerte pero mi lujurioso plan postcuelgum se vino abajo cuando llamo al timbre en vez de abrir con alguna llave en la casa... y se termino de esfumar cuando me abriste la puerta…tu….un tipo alto de grandes espaldas, calvo y en bata de cachemira (compréndelo, Allen. Yo era joven y tu con esas pintas…tu me entiendes, he conocido a chaperos y claro... tu me entiendes). Sin darte tiempo a hablar, Zhavon me empujo dentro de la casa diciéndote: "Allen, creo que este es de los tuyos. Deberías haber visto el show que ha montado".

El sonido de la puerta al cerrarse detrás mío me decía que esa noche no iba a salir como la había planeado al salir del curre y que era posible, muy posible que el lunes no fuera a trabajar al Mr. Burgy como lavaplatos.

Tras unas rápidas presentaciones, nos llevaste a un salón que entonces como ahora, estaba decorado con pésimo gusto como muchos relojes en la sala pero ninguno con la hora correcta (¿recuerdas lo que me respondiste cuando te señale este hecho¿ "Que necesidad tengo de ello si se en cada momento la hora exacta. Y sin necesidad de rudimentos mecánicos". Entonces como ahora, la respuesta me parecía valida pero pomposa).

Zhavon explico con pelos y señales lo ocurrido en el ZeroDome mientras yo hacia esfuerzos para que mi vejiga no explotase y manchara ese bonito sofá de cuero con mis orines llenos de psicotrópicos. Recuerdo como Zhavon se refería a los hombre de negro solamente como ELLOS, dándolo a todo un tinte dramático. Tu me pusiste la mano en la cabeza y cerraste los ojos, y yo me puse a tararear la música de los Chemical con lo que comenzó todo el caos para así mostrar mi aburrimiento.

Depues te dirigiste a tu escritorio estilo Luis XVI (o XV. Siempre me lío con las versiones) y de un cajón sacaste una baraja de tarot mostrándola desde lejos. Te acercaste a mi barajándola y la abriste en forma de abanico con una mano mostrándome solo el trabajado fondo de las cartas.

"Coje una carta, Evan. La que quieras" - Me dijiste.

Yo pense que eras el típico tipo aburrido que en las fiestas hace trucos con las cartas para impresionar a las nenas con el típico "tu carta era X". No quise quitarte tu momento de gloria y cogí una carta al azar. Al mirarla vi que tenia impresa un dibujo de un hombre con un hatillo con pinta de colgado al que le sigue un perro, también aparecía el nombre de la carta: El loco.

Tu empezaste a reír y a decir mientras paseabas por la habitación dejándome a mi pasmado mirando la carta y a Zhavon mirar sorprendida. "Es cierto. Yo tenia razón. El Loco. Significa el comienzo, pero tambien la espontaneidad o la fe. Es el Errante, El arcano sin numero, El eterno cínico, Robin Buen chico, el Rey mono, Siddartha, Hermano Coyote todos en una misma persona" y te dedicabas a decir una palabreja tras otra agitando las manos y dejándonos a Zhavon mirándote sorprendida y a mi agarrándome las tripas que me sonaban por el hambre que tenía... hasta que te pregunte de manera directa donde se encontraba el cuarto de baño rompiendo el clímax de tu monologo pretencioso (mucho Shakespeare, viejo zorro).

Después de una visita al enanito de abajo en uno de tus lujosos cuartos de baño y lamentando no tener un cuchillo a mano para raspar las griferías de oro, Zhavon encargo comida china (alabados sean los servicios 24 horas) y me encontré mas lucido para hablar del tema, viendo que la noche iba a ser larga.

La charla se encamino después hacia mis creencias frente la magia, tras verte hacer el numérico del Tarot pensé que eras un tarado y que podía acabar como víctima en algún sacrificio en honor de algún dios chtonico en casa de un tarado calvo y una negra exótica. Pero intente que no se me notara y os seguí la corriente.

Recuerdo que te dije algo así:

"En la magia solo crees cuando eres un niño, cuando piensas que cuando deseas algo con el corazón: sucederá. Cuando ves a los magos en la tele hacer sus trucos y crees que es realidad y que tienen poderes… Pero luego creces y te enteras de la verdad y ves que es falso que son solo trucos y engaños. Entonces dejas de creer en la magia."

Y tu me respondiste algo así:

"Así pues, crees que toda la magia se resume a trucos y engaños... . Veámoslo. Alcánzame uno de los cojines donde estas sentado".

Así lo hice y no sabia que ibas a hacer al verte como lo rompías y lo vaciabas dejando algo parecido una bolsa de tela púrpura.

"Dime, Evan ¿qué prefieres? Bolas, cajas, Aros... ¿qué prefieres?"

Yo capte a la primera que me ibas a hacer el viejo truco de hacer aparecer objetos o convertir el vaso de leche en trozos de papel y pensé en ponértelo lo mas difícil posible para ponerte en evidencia. "Cubos de Rubik" -dije yo pensando que no te lo esperarías.

Sin alterarte lo mas mínimo, me preguntaste que color me gustaba mientras metías la mano en la bolsa de tela.

"Fucsia" - respondí yo entre risas.

La sonrisa se borro de mi cara cuando de la funda sacaste un cubo de rubik con todas sus piezas de color fucsia chillón.

"¿Cómo demonios lo ha…" - Zhavon me interrumpió añadiendo: "Pónselo mas difícil, Evan. Prueba de nuevo"

Yo asentí y te mire a esos serios ojos.

"Azul... verdoso".

Clock- Escuche el sonido del cubo de rubik fucsia caer a la alfombra cuando lo soltaste para sacar otro cubo de rubik como el primero pero de un perfecto color azul verdoso. Me lo lanzaste y yo me quede examinándolo con la boca abierta.

Si eso era una ilusión , era cojonuda o eso o me habían echado ácidos en los tallarines. Pero como soy muy cabezón, em-pece a escupir peticiones: Blanco, Morado, atigrado, azul con topos rosas, a rayas naranjas y marrones, trasparente...

Tu mientras, ibas sacando de la funda de cojín, uno tras otro el cubo de rubik con el color que yo te pedía según me dictaba mi depravada mente.

Y el limite llego cuando de repente de la funda sacaste un pequeño gato negro igualito a Misha, el gato que tenia en Boston que era mi compañero de juegos en tardes solitarias viendo la televisión. Al ver el espectáculo de cubos saliendo del cojín recordé las tardes que pasaba jugando con Misha viendo en la tele programas de magia con magos en smoking y sus ayudantes de macizas carnes... y de repente este calvo con pinta de bujarron acababa de sacar a un doble de Misha de una funda de cojín nada mas haberlo pensado yo y sin decir palabra alguna.

A mi se me doblaron las piernas y caí sentado en el sofá.

"Vale, Allen"- Por primera vez te llame por ese nombre - "Me has convencido. Termina con esto".

Zhavon acariciaba al doble de Misha y me dijo con esa amplia sonrisa llena de dientes perfectos, viéndome tan perplejo y confuso. "No, Evan. Esto es solo el principio. Tenemos mucho que contarte... aunque algunas cosas ya las sabes y solo tendrás que recordarlas".

Tu me sacaste de mi abobamiento al arrojarme el cojín en perfecto estado y a continuación me explicaste todos esos rollos sobre el despertar, el Avatar, las tradiciones, la Tecnocracia y cosas sobre el Sr. Paradoja, paradigmas y otras palabras de mas de tres sílabas que yo no era capaz de comprender llegándome a aturdir tanta palabrería. Zhavon solo asentía hasta que salto sobre mi cuando hice un comentario sobre su tradición.

Recuerdo ese dialogo tan vivamente que te lo voy a transcribir a continuación:

"¿Eutanatos? Suena a obra de teatro post-moderna de calidad proporcional a los escritos de las puertas de los servicios de un bar de carretera" - dije yo entre risas apurando la ultima cerveza.

Pues tu cara se me asemeja al material que se deposita en esos servicios de bar de carretera. Justamente del tipo de material que atascan el W.C. y que se hace insoportable a los cinco sentidos. - Respondió Zhavon con mala cara.

— Buena respuesta, negrita.- y puse mi mejor pose de macho y tío duro.

— No me llames negrita, hermano.- Respondió con pose de miembro de una banda de lesbianas asesinas.

— Basta los dos.! Zhavon es eutanatos de igual forma que tu perteneces al culto de Extasis. Zhavon es una experta en Vudú que... - Explicabas tu de forma paciente.

— ¿Vudú? ¿Pollos y Hula-Kula? - Pero yo siempre he sido un alumno dificil.

— Si. Pollos y Hula Kula. Puedo dejarte la cabeza del tamaño de tu miembro reproductor, es decir: inexistente. - Zhavon decia esto acompañando a una mirada como las de las películas de Bela Lugosi.

— Ey, hermanita. No puedes calificarla sin haberla probado. La primera demostración es gratuita. Seguro que el calvo tiene alguna habitación insonorizada donde...

— ¡EVAN! ¿quieres dejar de pensar con el sexo en vez de con el seso y atender de una JODIDA vez? - Al decirlo parecía que cortabas de raíz cualquier otro round de ese divertido combate dialéctico. (Creo que ha sido la única ocasión en que he tenido la ocasión de escucharte decir un taco).

— Ey. ELLA es quien se esta metiendo con MI polla- Yo tenia más ganas de bronca.

— Lamentablemente ESO debe de ser lo único que posees que merezca la atención suficiente como para que me meta contigo - Zhavon también tenia ganas.

— ¡Zhavon! Para tu también! Evan debe comprender el camino. Esta llamado a grandes cosas y ahora debe obtener el conocimiento - Probaste a ver si a ella la convencías para parar la discusión.

— Pero no todo el conocimiento, Allen. Recuerda a tu anterior pupilo...- Respondió Zhavon de forma seria.

— No volverá a ocurrir, te lo aseguro- Tu devolviste el comentario con mayor seriedad aun

— Perdón...- Yo quise intervenir.

— ¿Cómo estas tan seguro? No puedes preverlo...- Zhavon no se daba por vencida

— Os importaría...- Volví a probar.

— Los conocimientos le serán mostrados en el momento justo y con la medida justa -Al responder así, el ambiente esta tenso y helado como para calmar a una prostituta de Harlem

— ¿Ah si? ¿y si busca más? ¿ y si es igual de ambicioso que él? ¿qué harás?- Zhavon preguntaba sin sentirse intimidada

— No es por interrumpir... - Yo ya me estaba calentando.

— No volverá a ocurrir te lo aseguro, antes le ma...- comenzabas a ponerte nervioso y vi como se te resaltaban algunas venas del cuello.

— ¡EEEEEEEEEEEEEEP! ¡FINAL DEL CUARTO TIEMPO! FIN DEL PARTIDO. Me jode mucho que me ignoren como si no estuviera presente. Me jode mucho. A ver, Allen. ¿puedes explicarme más sobre el Culto del Éxtasis?

Tras esa exaltación mía se hicieron 27 segundos de silencio en el que todos nos calmamos y nos intercambiábamos miradas.

Ya más calmados me contaste la historia y motivaciones de este club social en el que estoy metido sin saberlo llamado Culto del Éxtasis. (Que quieres que te diga, Allen: Soy vuestro hombre).

A esa noche siguieron otras noches, y así fue pasando el tiempo en tu bonita casa victoriana en Atlanta hasta ahora en la actualidad. Se acabo Mr. Burgy, se acabo Nueva York, se acabo toda mi vida anterior y comenzaba otra mas llena de colores brillantes y sensaciones fuertes.

En estos tres años, he dormido en esta casa, he bebido de tu vino y he comido de tu cocina. Tu eres mi maestro, mi amigo no puedo decir el padre que no he conocido porque es una horterada y no seria verdad puesto que al no tener padre no he sentido la necesidad de tenerlo ahora, pero sobre todo eres un tipo genial... y con mucho estilo (gracias, viejo zorro. El que no lo hubiera dicho antes no quiere decir que no lo sintiera).

He aprendido culturas que ni creí que existían, he probado drogas que nunca han estado a mi alcance y he llegado a saber utilizarlas para mi provecho y controlar su poder (aunque sigo diciendo que la absenta sabe a orines de gato, Allen). Me has enseñado como aprovechar mi cuerpo a un mayor nivel, a que no existes mayores limites que los que yo me imponga, a no separar entre cuerpo físico, mente y alma sino SER y a controlar mi SER a mi antojo así como a controlar la realidad del entorno que rodea a SER (¡zennnnnnnnnn!)

También me has enseñado a la importancia de los focos y a que debo adaptar la magia a mi estilo de igual forma que yo me adapto a la magia... a comprender a mi Avatar (sea quien sea).

Pero... mierda, Allen. Nunca te lo he dicho pero eres raro para ser un cultista. Hablo con Fabio o con Hangover (vaya nick mas estúpido tiene el capullo ese) y otros Cultistas y sus ideas difieren completamente de las tuyas. Tú tiras más hacia el autocontrol y estos tiran más hacia el descontrol y la entropía. No sé, creo que parte de culpa de tu rareza sea tu amigo el Maestro Chian Tsu Ygu, el del catalogo de frases zen sacadas de las galletitas chinas de la suerte... je, je. Aun recuerdo cuando le invitaste a casa para que se encargara de mi entrenamiento de Artes Marciales y que mi mente trascendiera a otro nivel... vale que me diera una paliza que me dejó como una estera pero me sentí bien cuando vi como el Maestro Chian se contenía para no mostrar su desesperación cuando te dijo: "Es mas fácil crear una escultura de un dragón empezando con un bloque de arcilla que partiendo de una escultura de una carpa y modificándola. Aun más difícil es cuando la carpa remonta el río y no está quieta... Dimito, Allensan", creo que se refería a mis problemas para adaptar mi estilo de lucha callejero (¡a los ojos, a las rodillas y a los huevos! Repite conmigo, Allen: ¡a los ojos, a las rodillas y a los huevos) a estilos de lucha más disciplinados (¿y si yo quiero crear mi propio estilo de lucha? A Bruce Lee no le fue mal después de todo). Creo que no le caigo bien al Maestro Chian pero yo le respeto aunque en algunos momentos no me puedo aguantar y tengo que lanzarle alguna puya (El Eterno Cínico ¿recuerdas?). Nunca he visto a un viejo moverse tan deprisa y con tanta precisión (para mi que se mete algo fuerte el viejo, éxtasis o algo así... tengo que analizar un poco de su té).

Al menos conseguisteis enseñarme los rudimentos de la meditación y la concentración por si me eran útiles en un futuro. Digo yo que algo habré aprendido después de tantas horas en el dojo con esas posturas incomodas con la rodilla detrás de la oreja... pero en cuanto a pelea: no te preocupes que ando sobrado, lo que me ha gustado de lo que me habéis enseñado lo he añadido a mi Manual de Lucha Sucia Callejera.

El Maestro Chian, Zhavon... me has presentado a gente curiosa, sí, pero aunque tu me enseñabas casi preferías dejar que yo interactuara con mi Avatar y fuera descubriendo las cosas. Yo siempre he sido bastante autodidacta pero para esto de la Magia se agradece el tener un mentor, porque sino no habría sido capaz de llegar a lo que soy ahora (Allen, te estoy escuchando ahora mismo lo que dirás al leer esto: ¡Pardillo! ¿verdad que he acertado?) Fue cojonuda la lección que me diste sobre como el cuerpo humano crea música y como puedo aprovechar esa música "corporal" para enfocar la magia, el truco de los latidos del corazón fue genial, viejo zorro.

Es curioso, creo que incluso cuando estoy durmiendo y descansando: no paro y sigo en movimiento en sueños. Luego no recuerdo bien esos sueños (igual son demasiados depravados, Allen) pero lo que me acuerdo de ellos es muy raro. A veces veo caras como las que vi en mi Despertar, y otras me veo volando en sitios raros y hablando con gente rara (creo que alguno era Kurt Cobain ¿te lo imaginas?)... no sé, muy raro todo. Se que debía habértelo contado antes, pero no le había dado importancia hasta ahora. Lo siento, Allen. Si crees que es importante ya me lo contaras que no quiero agobiarte... ya sabes por lo de Aleph (tranquilo viejo zorro, que no voy a tocar el tema).

Bueno, Allen. El papel se acaba y con el las ideas y no quiero acabar la redacción esta sin despedirme. Si, viejo zorro. Este culo inquieto te deja por una temporada. Hay algo dentro de mi que me dice que debo irme y alejarme un tiempo de tu brazo protector, que debo continuar mis ascensión por libre... pero no te tomes esto como un adiós sino un hasta pronto. No te preocupes que volveré, tomatelo como si fueran unas merecidas vacaciones para mí. He pensado ir a San Francisco, tengo curiosidad por esa ciudad y ahora hay un Festival de Tecno que promete ser una pasada.

Cuando me instale en algún motel de mala muerte te llamaré o escribiré y te daré mis señas para que no estés preocupado por mí. Tranquilo tío, soy mayorcito y se cuidarme. Da recuerdos al Maestro Chian y dale este Haiku que he compuesto para el Maestro Chian:

Mueve rápido
Calma en el Caos
Toma un tripi

No se si le gustara pero es lo que me inspira el viejo (tírale de los bigotes de mi parte) aunque seguro que me va a dar con el shinai en cuanto me vea.

Si ves a Zhavon mi mambo favorita, dala recuerdos de mi parte y mira a ver si la sonsacas que ocurrió realmente en Haití. Es para ver si has sido tú o he sido yo (más probable) quien ha ganado la apuesta. Ella no quiere decirlo pero yo creo que nos enrollamos y esas cosas durante los ritos a Erzuli... pero yo no me acuerdo de mucho salvo que disfrute como un enano con los bailes. Dala mis señas (eso si no las averigua ella antes) y que Ayida-Wedo no le abandone nunca.

Joder, Allen. Releo estos últimos párrafos y parece que me voy a ir a la Guerra o algo así y solo me voy a un festival tecno.

Así tranquilos todos y hasta pronto, viejo zorro.

Un abrazo, tío.
Joyride.

P.D: No pongas esa cara y alégrate. Es sábado noche. ¡Que siga la fiesta!

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Joyride
  • autor: Evan McMullan
  • enviado por: Kether
  • licencia: Creative Commons BY-NC
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